jueves, 23 de abril de 2015

2015-04-23 Hasta el rincón de Olula se ha colado la primavera (Sierra Oliva)

     Nunca debemos decir de este agua no beberé, pues el paso del tiempo moldea nuestros pensamientos y nuestras ideas. Cuando hace algunos años , creo que 12 ó 15 ó quizás más ,estuve por última vez en la Sierra Oliva, dije que no volvería más a esta montaña. Había sido tan grande mi decepción al comprobar el desastre ecológico que se había cometido contra esta Sierra con la colocación de un sin fin de gigantescos molinos eólicos (nuevas pistas, grandes movimientos de tierra, ruido infernal de los molinos), que me fuí completamente defraudado . Se habían cargado el encanto de todo el sujestivo acantilado cordón, lleno de cárcabas y hermosas oquedades donde me recreaba con entusiasmo cada vez que lo recorría.
     Hoy al cabo de los años he vuelto a reencontrarme en mi interior con el deseo de volver por  Olula y doy gracias por haber hecho lo que he sentido. El rincón de Olula sigue siendo espectacular, un poco antes de llegar a él, he podido apreciar que aunque el barranco de Aguas Verdes estaba seco desde la pista para abajo, en su parte superior la humedad seguía como antaño, así que algun día habrá que dedicarle una mañana a ese precioso barranco del Agua.
      Iniciamos el itinerario por el sendero que parte desde la fuente de Olula y paralelo a su barranco, con pequeño ascenso hasta traspasar la loma que nos separa del barranco principal de la Sierra, el cual va recogiendo toda la humedad de los distintos barranquillos que van derivando desde el cordón de la cumbre.
       Pronto dejamos el barranco y el sendero se embrutece sin darnos ningún respiro. Hasta que los monstruosos molinos amenazan nuestros perfiles con sus enormes sombras. Llegamos al cordón y pasamos a la vertiente contraria despues de observar el significativo cambio que la naturaleza, una vez más, había conseguido lograr, con el tiempo, sobre este antaño cordón desconchado y lleno de grandes heridas en forma de tierras removidas y nuevas pistas culminadas por estos gigantes animados. Sí, otra vez la naturaleza había restaurado, en parte, el mal que los humanos habíamos causado.
      Pasamos por la Ermita de Santa Bárbara y nos encaramamos en unos cinco minutos al punto geodésico de esta Sierra Oliva disfrutando de un buen panorama, solo afectado por el ruidoso sonido de los molinos eólicos.
       Regresamos a la Ermita para almorzar a su solana patrocinados por el vino de José Luis, el café de Clemente y las pastas de Paco y mías.
       Tenía en mente, para no repetir el camino de subida, hacerlo por la pista que nos habría llevado a Olula tras un montón de largas curvas, pero solo asomarnos a la pista y observar su monotonía, la obviamos y por un senderillo nos acercamos hasta el pozo de la nieve y a continuación, unas veces por sendero más limpio y otras más cubierto de matorral vamos descendiendo por el barranco del nevero, pasando al poco por un abrevadero seco, y más tarde cuando el barranco se estrecha solventando los pasos unas veces por la derecha y otras por la izquierda hasta conseguir enlazar con el sendero que esta mañana utilizamos para la subida. Por lo tanto ya nos encontrabamos a tan solo cinco minutos de nuestro inicio.
        A nuestra llegada hemos sido premiados con la lisonjera y fresquita agua de la fuente de Olula que nos ha vuelto a revitalizar, dando por hecho que nunca más volveré a decir "de este agua no beberé".















































 

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