miércoles, 26 de noviembre de 2014

2014-11-26 Fontanres-Gamellons

Después de una noche lluviosa, encontramos el monte con todos los ingredientes necesarios para cocinar una excursión de rechupete. Deambulamos por la sierra de Fontanares sin ningún objetivo concreto, cogiendo sendas que no conocemos hasta el Alto del Moro, donde nos decidimos por la senda de Ingenieros. El bosque está absorbiendo el agua por todos sus poros ,en la senda solo nosotros y el otoño cubriendo su lecho con un silencio, solo roto, por el trinar de un pajarillo retoño.































jueves, 20 de noviembre de 2014

2014-11-20 Sierra Salinas-La Capilla-Casa forestal

Siendo nuestro principal objetivo darle un repaso a la Sierra de Salinas por si habían robellons, cuando estos han fallado (y ya hace tres años que en esta sierra no los catamos) nos hemos dedicado a disfrutar del encantador paisaje que nos ha proporcionado la niebla matinal.
   Con un golpe de vista hemos podido apreciar casi todas las cumbre altas de la cuenca del Medio Vinalopó, enmarcadas por una intensa niebla que cubriendo sus partes bajas las destacaba separadamente unas de otras.
    Por camino poco ortodoxo, y desde el mirador de Yecla, hemos ascendido hasta la cumbre de la Capilla amparados por el espeso bosque de pinos de la parte baja y la carrasca en
su zona más alta.
    Para el regreso también otra variante, después de seguir por el cordón SW lo hemos abandonado para descender por un barranco que nos ha llevado a los piés de la Caseta del vigía de incendios que como es normal en estas fechas estaba cerrada sin vigilante.
     Un poco más abajo de la caseta hemos tomado un tente-en-pié bien regado y para la vuelta hemos dividido el grupo en dos, regresando Paco y Clemente al mirador de Yecla, que es donde estaba el coche y José Luis y yo, al poco de seguir la carretera con ellos, nos hemos desviado a izquierda por una bonita senda que nos ha llevado hasta la Casa Forestal, llegando casi al tiempo que Paco y Clemente lo hacían con el coche.
     Es un disfrute recorrer en el otoño la carretera dirección a Villena con los tonos ocres y morados de las viñas que la contornean.