Al poco de iniciar la excursión dejamos a nuestra izqda. "La casa de Dios" con su llamativa pintura azul que a estas alturas no puede ser por otra razón sino por que estamos cerca del cielo.
seguimos ascendiendo por estos abandonados bancales, que en otros tiempos debieron ser prósperos cultivos.
Llegamos a la Coveta de la Moscarda cruzándonos con un grupo que se dirije al Ponoch, al poco nos encontramos en el Collado del Llamp donde decidimos que ya es hora de dar cuenta del almuerzo y tras él cambiamos de sendero siguiendo el que nos permitirá llegar a la casa de La Carrasca, la cual dejamos a nuestra izquierda continuando camino hasta divisar el centro Budista y más adelante la gran casa de La Carrasca al pié del rocoso cordón que copia su nombre. Seguimos hasta el Salt donde iniciamos el vertiginoso descenso hasta que se ilumina nuestra vista con el hechicero Raçó de Almaseres y sus amenazantes paredes, gozo de escaladores.
Ya solo nos resta seguir el desvio a nuestra derecha que en poco más de 15 minutos nos acercará hasta el vehículo después de recoger la coshecha de nuestro bancalico de espárragos.
El paisaje es seductor
Al principio nos movemos por camino cementado
Entre las dos moles el barranco de Gulapdar
delante del barranco explota la primavera
Al frente a la izqda. "La Casa de Dios"
El valle se va quedando atrás
Y llegamos a la Coveta de La Moscarda
Después de un buen almuerzo, café en el collado del Llamp
recogemos bártulos y emprendemos la marcha
En ligero ascenso
Pero con impresionantes vistas de los Castellets
del Puig Campana
O del Peñón Divino y de la Sierra Aitana
Llegando a la Casa de La Carrasca
Ya la dejamos en el horizonte
Y subimos un poco más
El gran caserón al pié de la sierra de la Carrasca
Una pequeña parada técnica
Al fondo la Sierra de Bernia
Y nos vamos acercando al Salt
a donde nos asomamos para ver el descenso
en la base del seco cauce del Salt
Descenso placentero
durante el cual disfrutamos de un paisaje encantador
Los grandes roquedos encauzan el sendero
Y aparece ante nosotros el bello Raçó de Les Almaseres
donde el verdor contrasta con la dureza del roquedo
que al levantar la vista nos envuelve
con sus paredones verticales
y serradas cresterías
Nos encontramos con Manolo Amat y su compañero de cordada Pedro que acaban
de escalar esta aguja del Pilar (así la llaman ellos)
Y esta es la coshecha de espárragos de nuestro "bancalico"
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