Y digo gris y no ha sido por que tambien estaba nublado, sino por que casi todas las incursiones que hacemos a las Barrancás se ven siempre cercenadas por no se que poderoso grupo de caza que como auténticos señores feudales tienen acotada esta única montaña de nuestro municipio.
Tampoco es nuestra intención salir al monte a crear bronca, pero sí que me parece un atropello que constantemente los cazadores sean los que ponen coto a una montaña que no está cercada. Desconozco el porqué se permite todo esto pero no ha sido suficiente para aguarnos la fiesta.
La subida ha sido improvisada, cruzando barrancos y lomas aprovechando para coger unos caracoles para nuestro compañero José Luis. Por fin nos hemos situado en la base de la montaña y sin camino nos hemos ido elevando por una loma que nos ha ido dando sorpresas de vez en cuando haciéndonos retroceder en algún momento para rodear la loma que se cortaba verticalmente.
Hemos llegado a la senda del cordón que por la ombría nos ha permitido alcanzar la cumbre.
Hasta aquí todo perfecto, pero después de almorzar junto a unos amigos de Elda y Petrer que han llegado poco después por la solana, ha llegado la pelotera con los cazadores por lo cual hemos resuelto regresar por la solana haciendo la vuelta circular en 3 horas.
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