Esta mañana, recordando por las faldas del Benicadell y su cumbre, años en los que no subíamos solos Paco y yo, sino que nos acompañaban las mujeres, los niños, y compañeros, incluso mi padre ya setentón. Y como es natural me he dado cuenta que la montaña sigue exactamente igual y nosotros somos los que hemos cambiado mucho y como podéis ver nadie nos acompaña. De todos aquellos compañeros y familiares, que algunos ya faltan, hemos oído un coro de voces que nos animaban. Y es que sus voces se quedaron prendidas en las rocas y sólamente había que escucharlas con cariño.
Bueno me dejo los lamentos y trataré de relatar esta bonita excursión de esta mañana.
El primer contratiempo al llegar a Rafol de Salem donde siguiendo los carteles de la Ermita de San Blas, no nos hemos dado cuenta que estábamos subiendo con el coche por el estrecho camino lleno de revueltas empinadas del Vía Crucis, teniendo que hacer bruscas maniobras para poder llegar hasta las puertas de la Ermita.
Menos mal que a continuación el bonito sendero emboscado nos ha llevado hasta el Portell, lugar donde evitamos coger la pista que sube a la casa forestal de Planises cambiándola por la de Les Fontetes, mucho más larga pero encantadora.
Lástima que a nuestra llegada a Les Fontetes la decepción ha sido grande, pues tan sólo una pequeña gota de agua caía del hermoso chorro que de otras ocasiones recordaba.
Seguimos ascendiendo hasta enlazar de nuevo con la pista y retrocediendo un kilómetro aproximadamente hemos cogido el desvío a nuestra derecha del bello sendero de la ombría que decididamente se encarama entre grandes pinos y espectaculares roquedos para colarse entre ellos hasta la repisa superior que ya nos permite observar el bonito cuerpo de águila del Benicadell.
Llegamos a su cumbre tras sortear los últimos obstáculos en forma de bonitas rocas que adornan esta fantástica cima y su crestería.
Descendemos hasta el pozo, también sin agua y con la mirada puesta en Beniarrés y su embalse damos buena cuenta de bocata.
Emprendemos el descenso, no sin antes visitar el Pou de Neu del Benicadell, que sigue estando en muy buenas condiciones a pesar de su situación, sobre el cordal de la sierra.
La bajada la variamos, pasando por la casa forestal de Planises y regresando de nuevo al Portell y por último a la Ermita de San Blas.
Han sido 5 horas de ruta por ésta emblemática sierra que nos ha traído a la memoria hermosos recuerdos de otros tiempos.
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