Partimos de Lanjarón en coche hasta el desvío por la autovía al Padul y Almuñecar y por la carretera que llaman de "Las cabras" por que suelen cruzarla estos rumiantes, llegamos casi al Kilómetro 31, justo en el collado dejamos el vehículo y por senda a la derecha que comienza subiendo unos escalones, caminamos casi siempre a la sombra hasta la cascada de los árboles petrificados, a donde descendemos y a pesar de que cae muy poca agua, apreciamos el encanto de este barranco encajonado.
Pasamos en unos metros a ver la cueva con estalagmitas, que hay a su derecha , y que al encontrarse prácticamente debajo de la cascada gotea agua por todo dando lugar a las mencionadas estalagmitas.
El regreso aunque es en ascenso es bastante cómodo por la senda tan sabiamente trazada.
Algún día regresaremos para continuar el sendero que acompaña en descenso el río en dirección a Otívar y en donde se maravillan los que practican el barranquismo.
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