Chuspamontes: 2015-12-02 Barranco de Escurrina-Cueva del Agua-Alt de Peret

Mañana fría al bajar del coche en Caprala; con Paco, José Luis y Ramón subimos la cuesta que nos introducirá en el barranco de Escurrina, al poco rato algunos ya tenemos que ir quitándonos ropa, pues el sol no calienta por que las nubes lo cubren, pero el esfuerzo nos va haciendo entrar en calor.
Estamos bajo la Cueva del Agua y la maleza es tan espesa que no encontramos por donde colarnos.
A base de desbrozar y con peligro de pinchachos atravesamos una parte de la maleza y nos apercibimos de que el paso de toda la vida, que también era algo escaso, se encuentra taponado por un gran árbol caido, pues está desmoronada la tierra que sujetaba su raiz, impidiendo el paso habitual. Por fin conseguimos subir a la cueva con la grata sopresa de que un fino chorro de vida, agua cristalina, racha por el pequeño conducto que le han colocado al sitio donde resbala el agua. También nos ha llamado la atención el Cristo que han colocado en su interior.
Después de algunas peripecias para poder salir de la cueva, nos reintegramos al sendero principal.
Pasamos más adelante por la cova del Olm y más tarde por el Racó de la Cova; lugar donde tanto su techo como las paredes que continuan para arriba están equipadas con más de una docena de vías de escalada.
Continuamos barranco arriba, dejando a nuestra izquierda el sendero principal que paralelo al barranco que se junta con este, el Escurrina, nos permitiría acceder al Chocolate. Pero nosotros seguimos por la izquierda de nuestro barranco hasta su cabecera; donde por su parte alta enlazamos pronto con la pista que utilizaron para instalar las torres de la luz y de allí a la cumbre.
Siguiendo todo el cordón del Alt de Peret nos vamos asomando a la solana y ya tenemos a la vista el barranco de l'Alt de Peret y toda la Vall de L'Avaiol.
Poco después pasamos por el alto de la Ermita un poco más bajo que el de Peret y ya nos deslizamos por la marcada senda hasta la font de Caprala pasando antes por la casita de Ana María.
He olvidado comentar que en la cabecera del barranco de Escurrina dimos buena cuenta de las viandas que llevábamos y un poco de adelanto de productos de la Navidad; han sido 3 horas de disfrute y soledad por un recorrido un tanto olvidado.