Ha sido muy resultona y divertida por su variedad y aunque no tenemos hábito con los mosquetones y las cuerdas al final nos hemos defendido bien.
No me gustaría que el veneno de las ferratas se nos metiera en el cuerpo, pero si tiene que ser un aliciente más para disfrutar de la montaña QUE ASÍ SEA.
Lástima que por falta de material se hayan tenido que quedar sin hacer la ferrata nuestros compañeros Clemente y José Luis, cosa que habrá que solventar en un futuro próximo.
A continuación un buen almuerzo montañero y una amena tertulia post-almuerzo han sido los preambulos para descender por uno de los PR que tienen señalizados y que nos ha permitido disfrutar también de esta modesta pero rocosa sierra que también tiene su parte amable de pinadas.
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