Después de unos días de parón obligado, hoy la clásica vuelta a Rabosa.
Iniciamos la ruta antes de llegar a Rabosa, pues al ser entre semana, la cadena nos cierra el paso unos 200 metros antes. Salimos por las cocinas para bajar a cruzar la rambla y empezar a ascender la media hora más dura de la mañana. Cuando damos vistas al Cid nos tomamos nuestro tiempo para recuperar la respiración y agradecemos que el sol eleve un poco la temperatura de nuestros cuerpos martirizados por los 4º que temperatura.
Seguimos hasta llegar a la pista y rápidamente la volvemos a dejar por la derecha para seguir por senda al principio paralela a la pista y más adelante en ligero ascenso, buscando la arista oeste de los rasos.
Como en la cumbre sopla algo de viento, descendemos hasta el resguardo del depósito para ya allí, protegidos y calentitos, por el poco sol que hace, sacar los bocatas y ponernos al corriente de alimentos diversos.
Salimos andando por el asfaltado y en lugar de coger el sendero habitual, me parece oportuno ir al encuentro de un camino que una vez hice, evitando el paso de la V. Maldito error, pues bajando unos 500 metros cojo el asfalto de la izquierda y a continuación un camino también a la izquierda que no se le ve muy buena continuación. Total que se termina el camino y campo a través vamos evitando el barranco y ladeando en subida llegamos al mencionado pasico en V que yo quería evitar.
Sin más remedio y sin problemas bajamos por el paso y seguimos el bonito sendero de bosque, hoy como casi todos los bosques, salpicados de pinos partidos o ramas rotas, hasta llegar a las inmediaciones de la Foradá.
Una vez allí cogemos el sendero que por la ombría evita las peñas y así llegamos a la ermita de Catí. Continuamos por el sendero que baja hasta el collado Amorós y después seguimos el camino que nos devuelve a Rabosa. Total 3 horas y 17 minutos y un recorrido de casi 11 kilómetros.
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