Hoy penúltima mañana de entrenamiento antes de Pirineos, y aunque tan sólo hemos podido hacerlo 4 del grupo, ha sido corto pero intenso.
Saliendo del campo de Pablo nos hemos ido aproximando, entre campos, a la base de Peñarubia, poco más de media hora, a partir de allí sin senda pero guiados por Pablo hemos ido cogiendo altura muy rápidamente y con gran esfuerzo. En primer lugar hemos trepado a la pirámide más oriental, por el este y a continuación perdiendo algo de altura nos hemos dirigido, entre la eterna plantación de pinos que apenas prospera, a la arista de Peñarubia por la cual hemos llegado a su cumbre justo en el momento que comenzaban a caer unas grandes gotas, que al final sólo han servido para asustarnos.
Tal como habíamos decidido hemos regresado a almorzar hasta el campo de Pablo donde acompañados por manjares, propios de su parcela, hemos disfrutado de un almuerzo-charla mucho más extenso que la excursión. Pero es que no sólo de pan vive el hombre....
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