Dejamos Monóvar atrás y por estrecho asfaltado continuamos con el coche hasta pasado el polideportivo y la Urbanización, a partir de aquí, el asfalto está cuarteado y lleno de agujeros. Así que pronto tomamos la decisión de aparcar el coche.
La mañana es estupenda a pesar de que en las zonas bajas sigue la niebla pegada a los campos de cultivo, pero nosotros ya hemos sobrepasado estos y hemos cogido altura pasado el barranco donde en realidad termina la pista.
Ya va sobrando toda la ropa cuando la cuesta se hace más dura. Pero hoy el plan es ir sin prisas. Así que disfrutamos de los primeros rayos solares al mismo tiempo que vamos cruzándonos con interminables "procesionarias" durante todo el recorrido.
Llegamos a la cumbre con una vista magnífica de los pueblos de La Romana y Monóvar.
Después de fotografiar el entorno comenzamos el descenso por la canal Sur hasta llegar a la base de la primera pared que forma el rompimiento cimero, donde aprovechamos para tomar un piscolabis.
Decidimos contornear el roquedo por su base y por una media senda, no muy transitada, conseguimos elevarnos otra vez al sendero principal del cordón.
Sin más complicaciones descendemos de nuevo hasta el punto donde habíamos dejado el vehículo. Hemos tardado unas 2 horas y media en hacer este pequeño recorrido disfrutando de la bonanza de la mañana.
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